LA MÚSICA ME HA DADO EL PRIVILEGIO DE DISFRUTAR DEL BOSQUE Y LAS ESTRELLAS


POR: KIM M.


Es un privilegio poder ver las estrellas, dice Danger del otro lado de la línea telefónica. A finales de 2020, luego de casi diez meses de la pandemia que ha paralizado a la industria de la música, el rapero tijuanense y su pareja, Zoe, decidieron apresurar un cambio de vida en el que habían pensado hacía tiempo: dejar el corazón de la Ciudad de México para mudarse a las orillas, a un pueblito muy cerca del Desierto de los Leones, no muy lejos del centro pero sí muy cerca del bosque.

El impacto en su calidad de vida fue inmediato.

«Hasta respirar es distinto», asegura con voz pausada desde la casa que actualmente habita por el mismo precio de un departamento en el centro. La pareja se mudó de Tijuana a la CDMX en 2015 debido a que, como él mismo dice, todo está centralizado y era un paso decisivo en su carrera. Durante cinco años vivieron muy cerca del Zócalo, y en ese tiempo decidieron que podían darle forma a sus proyectos pero en otro entorno.

«Todos los días, cuando vamos de regreso del bosque le digo a Zoe que es un privilegio tener esto a cinco minutos de donde vives, es respirar oxígeno, es conectarte con  la naturaleza y además está vacío porque es inmenso y porque vamos entre semana. Es totalmente es un privilegio», afirma.

«A veces me levanto a las cuatro de la mañana y me pongo a escribir, pongo un beat y me súper funciona. Estar aquí me ha servido mucho, he estado muy creativo por acá y este año decidí que iba a meterle mucha disciplina a la música y vamos bien, ya llevamos dos videoclips en estos dos meses y estamos avanzando en lo que sigue».

Aunque todavía es incierta la fecha en la que la música podrá vivirse como antes, en la que podrán retomarse las giras y los festivales, Danger sigue trabajando en proyectos virtuales, en su columna semanal rapeada para Canal Once (todos los lunes en De Buena Fe), en el lanzamiento de nueva música, con el plus de poder disfrutar de esa otra parte de la vida que normalmente el ritmo de trabajo hace imposible.

En su infancia, Alfredo Martínez, mejor conocido como Danger, creció en una zona rural de Tijuana con muchas carencias y riesgos, pero también con lugares que aún recuerda con nostalgia. En su carrera, se ha esforzado por llevar el rap a zonas alejadas.

«Hemos hecho muchas giras donde ponemos precios especiales porque sabemos que hay menos comercio y recursos, y la verdad es que nos la pasamos muy bien», comenta.

El tener la posibilidad —ahora de adulto—, de cambiar las calles del centro por otras que no dejan de ser Ciudad de México era una oportunidad que no podían dejar pasar.

«Yo soy muy apático para mudarme, me cansan mucho las mudanzas aunque me he mudado toda la vida, pero cuando vi este lugar me convencí. Aquí puedo ver el cielo y las estrellas. Normalmente, cada enero me escapo a un lugar para escribir, para hacer algún álbum u otras cosas, y este año no fue necesario porque llegamos en diciembre y aquí fue el escape».

En enero pasado, Danger lanzó el video de su primer sencillo del 2021, «Lo que no va hacia adelante va hacia atrás», en colaboración con Zoe Salazar. El viernes pasado lanzó «D.E.F.», canción que habla sobre devolverle el favor al hip hop, que lo sacó de las calles, llevándolo a otros entornos.

También autor de los discos «Moebius», «Sembrando Laureles» y «Lodo en la alfombra», en 2019 creó un proyecto junto al Programa Nacional Alas y Raíces para hacer del rap una materia optativa en las secundarias del país, y con ello empoderar a los jóvenes a través de la palabra.

Una vez a la semana, Danger sale de casa para grabar en las instalaciones de Canal Once, lo cual es otro viaje.

«Si tienes un buen beat el camino es un videoclip, si no hay tráfico la carretera es genial, más de noche o temprano, la carretera México-Toluca es muy bonita y más cuando te acercas al bosque», comenta.

Dentro de algunos meses, Danger y Zoe también tendrán otro cambio importante de vida al convertirse en padres por primera vez.

«Estoy muy emocionado porque es algo que queríamos y que sucedió, estoy disfrutando este proceso, todavía no sé qué tanto cambiaré porque es la primera vez que voy a ser padre, sin duda va a influir en mi arte porque yo hablo muy autobiográficamente siempre, entonces seguramente aparecerá allí, ¿en qué formato?, es algo misterioso también para mí, pero estoy muy contento y emocionado con eso».

Al despedirse, el artista comenta que el plan del día es ir al bosque, a disfrutar de ese privilegio que le ha dado la música y que no tiene que ver con marcas, con hoteles de lujo o con aviones privados, sino con saberse vivo en ese verde espeso e inmenso que los recibe todos los días.

«Esto es lo mejor de los dos mundos, tengo a 40 minutos el centro de la Ciudad pero vivo con una mejor calidad de aire, con menos estrés, acá en el pueblo sales a comprar huevos en la mañana y todo el mundo te saluda, tienes esa calidad humana que a veces se pierde en las metrópolis», finaliza.


Alfredo Martínez Estrada, mejor conocido en la escena mexicana y latinoamericana del rap como Danger AK, es un rapero tijuanense que lleva nueve años dentro de la insdustria musical. Influenciado más por la literatura que por la música, Danger ha escrito sus versos bajo la premisa que sus canciones deben transmitir un mensaje que sea capaz de transformar la vida de los otros, tal como el rap lo hizo con él. Parte de su filosofía lírica es utilizar los recursos literarios como una necesidad, ya que el rap es una «boda entre la letra y el ritmo».


Fotografías: Danger

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