POR NESTOR PINACHO*

LOS LIBROS
Los dos libros se impusieron de la misma forma. Ambos, con un año de diferencia, se colaron hasta el tope de la pila de lecturas que ha ido menguando con el encierro. Por un extraño sentimiento de injusticia con los que llegaron antes, me resistía a darles prioridad, pero al final cedí y he regresado a ellos constantemente durante estos días que parecen copiarse hasta el infinito.
Gadamer, el hermeneuta alemán, decía que nada era una huella tan pura del espíritu como la escritura. La frase es un poco cursi pero, como una pieza de rompecabezas, parecía estar esperando algo que la completara para tener sentido. Y ese algo llegó mientras recorría Un lugar seguro, primero, y Respirar bajo el agua, después.
En el primer libro, Olivia Teroba nos habla en sus ensayos desde la horizontalidad. Es un tú a tú en el que parecería que estamos conversando con una amiga a quien hemos reencontrado: nos habla de las dificultades de una generación sin estabilidad, presa de los temblores y temores que vienen con la ruptura (o reacomodo) de las tradiciones arcaicas, nos pone de frente al miedo que nos hemos encargado de perpetuar para las mujeres, pero también, y más valioso aún, a la forma en la que resisten.
«Tengo miedo de no encontrar un buen trabajo donde pueda dedicarme a lo que me gusta. Tengo miedo de no pertenecer a nada. Tengo miedo de olvidar lo que es importante y dejar de escribir».
Las pesadillas simples en apariencia son las que más aterran a toda una generación, preguntas en las que acompañamos a la autora para encontrar juntos un esbozo de solución.
Pesadillas que encontramos presentes, de manera velada, insinuada, en los cuentos de Respirar bajo el agua. Eso que está bajo el reflector en los ensayos, en los cuentos se asume como una atmósfera de presión constante, como estar sumergidos junto con las protagonistas de los relatos para observar, en la fugacidad del cuento, un momento crítico en sus vidas.
De sobra es sabido que lo que subyace a esa violencia tanto simbólica como explícita contra las mujeres es un modelo estructural que, desesperado, enfatiza cada vez más los rasgos de desigualdad en todos los aspectos y cuya ansia más enferma es acentuar la división, romper los vasos comunicantes, aislar, quebrar el intercambio.
El combate de Olivia Teroba es callado, pero fuerte; logra abrir un diálogo con sus lectoras, las arropa. Ya sea a través de la intimidad que exhalan sus ensayos o a través de la ficción de los relatos se gesta una resistencia basada en la calidez, en la experiencia compartida.
Fue tal mi entusiasmo con el libro que, compartí uno de los ensayos de Un lugar seguro con alumnas de la Universidad. El aspecto formal, estructural, era lo que me interesaba que les quedara claro y, sin embargo, la cuestión se decantó de una forma extraña: inspiradas por el texto de Teroba, una a una comenzaron a escribir sobre sus experiencias en un sistema que las oprime, que las violenta.
La voz de una que inspiró a muchas. Si para algo se escribe —pienso— es para lograr algo parecido.
En sus cuentos permea la misma atmósfera de diálogo franco.
Varios de los textos, como «El cielo guarda cualquier secreto» o «Ella está aquí», utilizan la voz de niñas para vehicular una mirada curiosa respecto a acontecimientos en esencia trágicos y obscuros.
En otros, de entre los que destacan el que da título al libro y «Ejercicios de Caligrafía», nos hallamos ante mujeres que se encuentran en un punto de quiebre, ante un momento de sus vidas en el que se ven obligadas a virar, a rebelarse o reafirmar el camino que las ha llevado hasta donde están.
«Shamisen» destaca por la sinceridad de la voz que nos cuenta un entorno familiar atípico, por no decir casi roto: «Maldigo al mundo, a la vida, a lo que sea que me trajo hasta aquí. ¿Por qué las cosas son así y no de otro modo? ¿Por qué mi vida no es normal? ¿Por qué no puedo ser como todos, con familias unidas y cenas ricas, bien preparadas, cada noche?».
Es en este relato donde hallo, tal vez, la clave de esa opresión que parece rondar en torno al libro. «De alguna forma en esta historia todas las puertas se han cerrado de golpe, pero así ocurre a veces: las posibilidades se limitan de pronto»; sí, de golpe todo parece clausurarse, asfixiar, pero ante ello las mujeres de estos cuentos encuentran que, de pronto, ellas mismas han abierto una puerta.
Hay de estilos a estilos, pero tal vez los qué más admiro son aquellos que logran que las palabras, inertes habitantes de un cementerio milenario, vuelvan a la vida y despidan un calor que recuerde a las mejores charlas cara a cara. Eso hay en ambos libros: calidez.
«Siempre va a haber dificultades, va a haber tropiezos, siempre va a haber fisuras, —dice Teroba en una entrevista— pero el ímpetu por seguir estructurando, por continuar es lo que nos permite tener esperanza todavía».
En un contexto cada vez más frío, las palabras que encienden una luz nos permiten hendir las penumbras, pensar en otras formas, en otros modos, en otros lugares.
Un lugar seguro y Respirar bajo el agua se consiguen en: Librería Paraíso Perdido, Impronta Casa Editora y librerías independientes.
LA AUTORA

Olivia Teroba. Escritora y editora. Estudió Comunicación en la BUAP y Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM. Ha sido becaria de diversos programas de escritura, como la Fundación para las Letras Mexicanas, el FONCA y Under the Volcano. Obtuvo los Premios Estatales de Tlaxcala en la categoría de cuento y ensayo, así como el Premio Latinoamericano de Cuento «Edmundo Valadés» en su emisión 2017 y el Premio Nacional de Literatura Joven «Salvador Gallardo Dávalos» en 2019. Ha impartido charlas y talleres sobre escritura y autopublicación en Bolivia, Costa Rica, Perú y México. Actualmente trabaja como freelance y forma parte del proyecto editorial Osa Menor.
*Néstor Pinacho
Néstor Pinacho es narrador y docente mexicano. Egresado de la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación con especialización en Periodismo. Es secretario de redacción y colaboración en el periódico El Universal. Da clases de Comprensión de textos y Expresión oral en Facultad de Ciencias Politicas y Sociales FCPYS de la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM.
Fotografías por Editorial Paraíso Perdido